
Mi primera reacción fue echárselo en cara. Cómo te puedes poner a tus treintay a la altura de un niño de 7 años y juzgarle de igual a igual. Esto no funciona así. Un niño no es todavía una persona completa, no puede merecerse sentimientos adultos. A un niño no se le puede reprochar nada, no conoce las reglas del juego todavía. Ya tendrá tiempo de ser un hijodeputa y de ganarse tu odio.
Con las madres ocurre algo parecido. La madre pasa por ser uno de los símbolos universales del amor y de la bondad. De la comprensión. De la generosidad. De las más elevadas virtudes del hombre, vaya. Pones a parir a una madre y te equiparan automáticamente al mismísimo diablo.
Pero a mí algo no me cuadra.
Existen personas imbéciles, o egoistas, o violentas, o vanidosas, o envidiosas? Por supuesto. Y algunas de estas personas son mujeres? Sí. Y algunas de estas mujeres engendran y dan a luz? Sí. Y al dar a luz, algo hace "clic" en sus cerebros y se transforman en un ser superior, infalible e inmaculado llamado "madre"? Lo dudo.
No nos libramos de lo que somos. Ni siendo niños y comportándonos como tales. Ni siendo madres, ni siendo padres.
El niño de la foto nació el 20 de Abril de 1889 en Braunau am Inn y murió el 30 de Abril de 1945 en Berlín, antes de ver el imperio de sus sueños definitivamente arrasado por los aliados.
1 comentario:
Enorme Asi. Totalmente de acuerdo. Oj
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