viernes, 3 de agosto de 2007

Las largas barbas


Mi cerebro es como una cuchilla. ¿Qué? De afeitar. ¿Queeeeeé?

Mi cuchilla de afeitar tiene una característica curiosa: cuanto menos la uso, antes se estropea. Es decir, a menor frecuencia de uso, mayor desgaste. Absurdo, no?

No tanto. Si me afeito poco, cada vez que lo hago mi barba tiene ya cierta longitud y cierto espesor. La cuchilla sufre más cuando tiene que cortar esos pelos "resabiaos" y bastan dos o tres usos para que quede inservible. Mal negocio.

Si me afeito todos los días, apenas se desgasta porque prácticamente se desliza por la piel desnuda. Bajo esas condiciones puede durarme meses.

Intento no dejar crecer mi barba, pero la pereza se impone. Pobre cuchilla...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Enhorabuena.

Este ha sido el post que más me ha gustado, por el momento