jueves, 28 de junio de 2007

Membranas interdigitales

Mi película es un montón de arena.

La he ido trayendo a mi habitación durante meses. Con paciencia, grano a grano. Cuidando de que el color, la textura y los reflejos fueran los adecuados. Seleccionándola.

A veces traía un montoncito de arena nueva desde una playa lejana, los bolsillos de los vaqueros hasta arriba, los granos enredados entre los hilos azul claro y los restos de kleenex. Y al llegar a casa tenía que deshacerme de ella porque no se parecía al montón que ya tenía.

O me entraban unas ganas insoportables de enchufar la aspiradora y !!!uuuuuuuuuushhhhhh!!!, sentirla repiquetear (qué placer) a lo largo del tubo de metal hasta verla desaparecer de la tarima flotante y poder empezar así, sin remordimientos, con otra arena. Una nueva, una del Caribe. O de más allá.

Le he ido cogiendo cariño a mi montón. Todos los días lo miro. No me gusta que sea un simple montón, siempre en peligro de perder algunos granos. Eso sí, su momento está al llegar.

He dejado de recoger arena porque he calculado que tengo la cantidad exacta y precisa. La he medido y remedido, y sí, estoy convencido. Será una figura preciosa. No tengo más que recoger mi montón y colocarlo en el molde que me he fabricado...y voilá, tendré mi escultura, tal y como la he diseñado, tal y como la he imaginado más de mil veces.

Si no tuviera tanto miedo. Conozco mis manos. Son torpes y débiles. Hago pruebas: las junto y las aprieto mucho, la una contra la otra. Y veo fisuras, grietas, huecos. La arena se me escurrirá. Lo sé. No podré llevar a mi molde toda la arena que he recogido. Unos cuantos granos se perderán en el camino y mi escultura no será la que he diseñado.

Sólo espero que no le falte ningún miembro y que se parezca a lo que había imaginado. Que tenga un aire por lo menos. Que no me pase como aquella vez que hice un molde de una jirafa y me salió un perro salchicha.

A ver qué pasa. Hasta que llegue el momento no me queda más que ejercitar mis manos y tratar de reducir el tamaño y el número de huecos.

Quién tuviera membranas interdigitales.


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