viernes, 24 de abril de 2009

Vivir-lo para contar-lo

Desde hace unos meses, en los partidos de tenis retransmitidos por TVE, es Tomás Carbonell quien acompaña como comentarista a Nacho Calvo. Corretja ya lo hacía muy bien, pero Carbonell lo borda. Siempre encuentra el tono y el registro adecuado, moviéndose con precisión entre la información más técnica apta para expertos y la explicación clarita y concisa para el público general.

Foto: Andrés Gimeno (comentarista en tve durante casi 20 años) en un partido de 1967

Ahora bien, lo que marca realmente la diferencia entre él y Calvo (igual que también ocurría con Corretja) es que ÉL HA ESTADO AHÍ. Ha jugado a tenis como profesional. Sabe lo que pasa por la cabeza del jugador en cada situación, en cada punto. Sabe qué ha hecho bien para rematar esa pelota con efecto o qué hecho mal para que se le haya ido fuera por un dedo ese revés paralelo. Lee el movimiento de cada músculo, oye cada latido del corazón, comprende cada centímetro cuadrado de la pista. Porque él mismo ha pasado por todo eso. No, no lo ha visto en la tele o lo ha leido en un libro. Lo ha sudado, lo ha respirado, lo ha metabolizado. Lo tiene incorporado a su organismo porque lo ha VIVIDO.

Y hay algo más. No se trata sólo de su conocimiento, sino también de su actitud. Respeto, admiración y comprensión por encima de todo. Ésas son las bases sobre las que opera Carbonell y ése es el tono que sobrevuela cada una de sus aportaciones. Porque sabe qué difícil puede llegar a ser.

Cuando pensamos en ello, nos parece lógica la decisión de tve de que la pareja de comentaristas la formen un profesional de la comunicación y un profesional del tenis. Sabemos lo que éste nos aporta y entendemos que un partido comentado por alguien que nunca hubiera cogido una raqueta no tendría sentido.

¿Qué pensaríamos si nos dijeran que hay más comentaristas que pueden vivir del tenis que tenistas? ¿Qué pensaríamos si nos dijeran que el 90% de los comentaristas nunca han restado un saque o han fallado una volea?

No hace falta que hablemos del cine, ¿no?

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